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¡TU ERES ESE HOMBRE!



Alfredo López Rosas
                                   
David rey de Israel, se encontraba en la cama siendo ya tarde, desde la ventana, observa a una mujer guapa, la manda a investigar, resulta ser Betzabé mujer de Urías quién se encontraba en la batalla peleando por su rey David, eso no le importó al Jerarca, trajo a Betzabé y tubo relaciones sexuales con ella quién quedó embarazada, ordena que Urías, el esposo, regrese de la guerra para que duerma con su mujer, éste prefiere cuidar a su Rey que dormir con su esposa.

Para que no sean descubiertos sus actos, David busca quién le haga el trabajo sucio, encuentra a un hombre obediente, sumiso, leal, llamado Joab, su sobrino, traidor de toda su vida, a quién le ordenó que pusiera a Urías en la línea de batalla para que muriera. Le salió bien su cálculo al rey David, tenía un experto con toda la capacidad de realizar el trabajo sucio, experto en exhibir vidas privadas. Traicionó, también, a Abner y lo asesino.

El profeta de Dios, Natán descubrió los hilos sucios de la autoridad del pueblo de Dios y su peón amanuense que realizó lo que su rey, tuvo miedo de hacer, es cierto no le tiembla la mano, tiembla él.

La narrativa histórica del Antiguo Testamento, aún se enseña en el judaísmo y en el cristianismo por el profundo contenido de las debilidades humanas, ilustran que la naturaleza del hombre es la misma por los siglos de los siglos, la descripción de los enfermos de poder.

El uso del poder para satisfacer los más bajos instintos, contar con súbditos inmorales para complacer al hombre en el poder, el aparentar la inocencia en los acontecimientos cuando  es el autor y engendro de los mismos. Mostrando su verdadero carácter cobarde,  manipulador, ambicioso repelente a las criticas, satisfecho en los aplausos, alabanzas de sus medios que controla con migajas del poder.

 Natán el profeta, no se entretuvo en el usado hombre inmoral, mandadero, el tapete que vive de lo que le da el Rey, su amo. Él solo obedece, para eso está, que complacer al rey.

El profeta fue directamente con el responsable, el autor intelectual de las bajezas en el poder, por supuesto que todo poder inseguro necesita quién lleve a la acción los delitos mas sucios, quién de la cara por su rey, pero por más ruin, inmoral que sea, no vale la pena bajarse al vómito, al lodo, él es experto hasta de llevar hasta la muerte a Urías, traicionar a Abner, asesinar a su primo Amasa o violar la memoria de una niña para desacreditar al adversario con estatura moral para que su rey realice sus mas bajas pasiones.

Natán lo ignoró, fue con el más cobarde, él que sí tiembla cuando se le descubre, que miente, que roba, que deja fraude a su paso, que tiene tanta necesidad de poder que no le importa su Dios, ni su pueblo, ni su reputación, si alguna vez lo tuvo. Natán fue con el que manda, ignoró al sumiso, al peón, al operativo, al traidor.

El Rey cuando vio al enviado de Dios, quién le narró los hechos en una parábola, mostró indignación por lo que hizo y proclamo la muerte de quién había abuzado de su poder, de su puesto y lo sentencio a muerte.

 Natán le descubrió la hipocresía en perfección de 10 y le dijo de frente ¡Tú eres ese hombre¡ ¡Tú eres un gobernante de bajas pasiones¡ que no te importa el bien del pueblo, sólo buscas disfrutar el poder por lo que da el poder, por la enfermedad del poder, eres capaz de todo por mantenerte en el poder.

Natán le habló de frente, David dio la cara, desecho a su mandadero, a su mercader, al del trabajo sucio, al investigador de la vida privada, al flagelador para dar la cara y recibir de frente la verdad.

¡Tú eres ese hombre¡ que mandas, ordenas, que quitas, que robas, que presumes, que te alabas, que usas a Dios para aparentar lo que no eres. No son debilidades es enfermedad.

¡Tu eres ese hombre¡ que la verdad la contestas con lodo, con estiércol que fabrica tu escriba, que difamas. Carente de argumento, de lógica, huyes de la verdad denigrando al portador de las críticas del exhibicionismo personal de gobernar.

David al ser descubierto como el autor intelectual de las bajas pasiones de los actos aberrantes, del robo, del asesinato, de la codicia, de las mentiras, de las alabanzas propias, de comprar conciencias, de involucrar inmorales para realizar sus satisfacción carnal, enfermizo, egoísta, vio de frente, habló de frente, ya no tembló, ni la mano. El rey se arrepintió, confesó, contesto la verdad con la verdad, pero eso fue un milagro.

El Rey fue perdonado por su arrepentimiento pero el pueblo pagó las consecuencias de los errores de su gobernante, su familia se desintegró y  sus hijos, pelearon hermanos contra hermanos, el hermano viola a su hermana, el pueblo jamás volvió a ser el mismo, el pueblo de Israel de  doce tribus se dividieron nueve tribus y media contra dos y media, pelearon unos contra otros, hasta la fecha están dispersos, se vivió la miseria, la inseguridad, la desolación, el hambre, el pueblo fue obligado a sostener gobiernos inmorales.

El fin del servil defensor de las pasiones ajenas, el encubridor, el alquilado que pelea las batallas de su rey, el que roba el descanso eterno hasta de una  niña por migajas, Joab, más tarde traicionó a su rey David, asesina a un  hijo del rey a Absalón, conspira contra el trono del pueblo de Dios y otro hijo de David lo mata, Salomón cuando pretendió robarle el gobierno. Nació traidor, vivió traidor y nunca disfruto la vida, el poder. Murió creyendo que le agradaba a Dios, por que formaba parte del pueblo de Dios, por fielmente se congregaba a la adoración, a la alabanza, aun con las manos y la conciencia manchadas. No importa lo que se hace, lo que se viva, mientras formaba parte del pueblo escogido.

Natán terminó sentenciando. “ciertamente tu hiciste esto en secreto, pero yo haré esto ante todo el pueblo y en pleno día”. Esa es la confianza que la maldad del gobierno, del rey con todo y sus cómplices, aduladores y dinero mal usado no triunfará.

Los abusos del poder se pagan y cuando se piensa que llegó la amnesia, llega el cobro de los excesos de autoridad con todo y los intereses.  Quien te dio el poder te lo quita. El pueblo no olvida.  Shalom.

licalfredolr@hotmail.com                             

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