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Movimiento magisterial, entre la doctrina y las instituciones

Zapata 21

Octavio Augusto Navarrete Gorjón

I

La sangre no llegó al río. Los maestros de la CETEG y el gobierno del estado llegaron a acuerdos en la víspera de la marcha y plantón que harían en el puerto. A pesar de que los puntos estaban acordados desde el domingo, los docentes renunciaron al plantón pero realizaron su marcha por la costera. No hubo contratiempos mayores y la CETEG marchó por la principal avenida en los momentos en que Acapulco registraba uno de sus más altos índices de ocupación.
Era una movilización innecesaria, no constituyó una medida de presión, sino un mecanismo interno de los dirigentes magisteriales para mantener el consenso de sus bases. Fue una especie de acto de fe; una concesión a los métodos históricos del movimiento magisterial que no está exenta de demagogia.
En un entorno donde todo acuerdo es cuestionado, donde todo consenso tiene que soportar la sospecha de la transa; los dirigentes magisteriales no podían decirle a sus agremiados “ya hay acuerdos, suspendamos las movilizaciones”. Esa es una trampa a la que conduce todo radicalismo, un dirigente de masas que diga esas palabras tendrá que enfrentar inmediatamente el cuestionamiento de sus compañeros.

II

La CETEG no quiere reconocerse en el camino de las instituciones. Imposible que diga que varias demandas hoy se resuelven porque hay voluntad política del gobierno del estado; y, sobre todo, que los recursos que son para los docentes se respetan escrupulosamente y no se ejercen en otros rubros. Eso, que sitúa al gobierno de Zeferino Torreblanca a mil años luz de sus antecesores no puede reconocerse. Pero tampoco se reconoce algo que trasciende el sexenio y a esta generación de mentores: que con la historia de sus movilizaciones previas han ingresado ya al espacio de las instituciones; que no son más “los maestros disidentes del CCL”, sino una organización seria que tiene que tomarse en cuenta en cualquier plan educativo; un conglomerado que puede ganar batallas sin abusar del recurso de la movilización o la confrontación social.
Las conquistas magisteriales serán para todos los docentes del estado, no sólo para los de la CETEG o, más minoritariamente, sólo para los que marchan y se movilizan. La dimensión de sus demandas construye la de sus conquistas. Mal hacen los dirigentes haciendo concesiones a la demagogia y anclando su perfil disidente en una etapa en la que eran una pequeña minoría.

III

Desde el año pasado, la CETEG encontró eco a la demanda propiamente pedagógica de construir un nuevo modelo educativo para el estado de Guerrero. La idea en sí misma es genial, nuestro estado tiene una fisonomía muy propia, que no se compara con las de otras entidades federativas. Cito sólo dos ejemplos, en relación al tema de las ciencias sociales: ya hacía dos décadas que la revolución había terminado y en Guerrero los ejércitos de campesinos desarrapados seguían disparando cuando el segundo tercio del siglo XX estaba por comenzar. Hace medio siglo, al calor de la joven revolución cubana, en el mundo se debatía si era posible establecer el socialismo en un solo país; tres décadas antes y esencialmente por la vía electoral, el Escuderismo intentó instaurar en Acapulco el socialismo en un solo puerto.
Pero construir y fortalecer el nuevo modelo educativo en Guerrero requiere de la participación de los mentores. Con ese tema como guía se efectuaron foros regionales y temáticos, además de un congreso pedagógico, que no contaron con la asistencia masiva de los educadores. Los quince proyectos que surgieron de ese congreso reclaman el esfuerzo de los mentores. El dinero del gobierno (que en realidad es de la sociedad) no puede sustituir la labor didáctica del principal sujeto pedagógico: los docentes.
Desde la derecha se critica al sistema educativo y a las universidades públicas por tener demasiado gasto corriente. Los que critican no saben que siempre será así mientras no se logre meter máquinas en lugar de maestros para dar clases. Una forma pacífica de combatir esas críticas es precisamente participando en los actos educativos cotidianos. Los maestros no deben conformarse con la épica del plantón o el enfrentamiento con la policía; en las aulas y en la vida cotidiana hay un mar de oportunidades para ejercer la crítica y la construcción de un nuevo sujeto pedagógico.
Calumnia quien llama burros a los maestros guerrerenses; nuestros docentes son los mejor evaluados a nivel nacional; lo que como analista me pregunto es por qué no ejercer esa reconocida autoridad en los pequeños detalles del acto educativo, no sólo en el grito y el amago. Allí están estos quince proyectos para ser impulsados poco a poco, dependiendo de la capacidad presupuestal del gobierno del estado. Hay que aprovechar esos recursos; el dinero solo nada puede hacer a favor del acto educativo, se necesita la participación activa de los docentes. Otra vez el miedo a la institucionalidad; ya ganaron los maestros estos proyectos, ya convencieron a la contraparte de hacer un enorme esfuerzo presupuestal (dadas las carencias que todos conocemos) y, cuando hay que llevar a la práctica la consigna que se grita en la calle, los foros y el congreso están desiertos. Es el eterno drama de los mexicanos; hacemos con esfuerzo lo más difícil y cuando necesitamos sólo empujar la pelota para meter el gol, algo pasa.

IV

Como quiera hay que destacar la mesura: el plantón se convirtió en ordenada marcha magisterial; la represión que muchos pedían se convirtió en una escrupulosa movilización preventiva de la fuerza pública. Los docentes tenían que marchar para hacer honor a sus sedicentes “tradiciones políticas”; el gobierno del estado tenía que dejar claro que una afectación a la ciudadanía en plena temporada turística iba a merecer el recurso de un acto de autoridad.
Todos ganamos con la paz. Ni los turistas se fueron ni hubo maestros o policías golpeados y tampoco hay condiciones para volver a escalar el tema. Los que pedían represión e insultaban a los mentores antes de la realización de un acto garantizado en la Carta Magna (la marcha de protesta) se quedaron como agoreros del desastre. Pitonisos del caos, hoy dicen que los amagos de estos días influirán en una baja afluencia turístic ¡En diciembre! Pretextos quiere la muerte.

CORREO CHUAN

Se confirmó la muerte de Omar Guerrero Solís, el comandante Ramiro. Al parecer el guerrillero cayó en una provocación y murió en un enfrentamiento personal con uno de sus correligionarios. La muerte de cualquier ser humano es lamentable, más aún la de un actor político que quiso influir (con métodos cuestionables, por cierto) en el destino de la patria y el estado. Dejamos para entrega próxima un análisis sobre la pertinencia o no de la lucha armada y de las similitudes y discrepancias entre el comandante Ramiro y el profesor Lucio Cabañas. Por lo pronto las autoridades deben respetar los rituales y costumbres de los familiares y correligionarios de Omar Guerrero y dar las facilidades necesarias para ser inhumado con dignidad. El correo chuan dice que los maestros deben pasar de la protesta a la institucionalización de sus conquistas; eso les ahorrará movilizaciones e incomodidades; a ellos y a todos los ciudadanos. Dice también que debe respetarse la tradición en el caso del deceso de Omar Guerrero, al parecer asesinado por el Cuche Blanco (yo por eso sólo tengo cuches pintos). Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.

E-mail: correochuan@hotmail.com

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